Título: El Gran Gatsby
Autora: F. Scott
Fitzgerald
Sinopsis: Esta es la historia del
millonario hecho a sí mismo, Jay Gatsby, a quien sólo le mueve una obsesión:
recuperar un amor de juventud. Pero Daisy es hoy una muchacha que forma parte
de una sociedad frívola y aburrida de sí misma, una criatura encantadora y también
dañina. Un magnífico retrato de heroicidad en un mundo decadent
Empiezan las clases, se acumulan los apuntes y los dolores de cabeza. Necesito algo cortito, no muy enrevesado y que no me defraude.
Solución: este clásico.
Infalible más o menos en todo, excepto en lo de enrevesado. pero bueno, se le puede perdonar.
Así empezó mi historia con Gatsby.
O, más bien, con Nick, narrador en primera persona de esta historia, ¡aunque resulte ser el menos protagonista de todos!
Nick es un probre (en todos los sentidos) hombre que se ha mudado a Nueva York por los años veinte, tras volver de la Gran Guerra (¿soy la única a la que sorprende que un hecho tan traumático para una persona sea tan irrelevante para su carácter y apenas sea mencionado por este personaje?), para trabajar en la bolsa, básicamente porque eso es lo que todo el mundo hace a su alrededor por aquellos años. Nuestro joven narrador es la persona parece ser la persona más normal e insulsa del mundo, salvo por lo único que le hace especial: tiene la suerte de tener conocidos en las más altas esferas. No solo es amigo de la facultad de Tom Buchanan, sino que, además, es primo segundo de Daisy, la mujer de este. Matrimonio a a través del cual conoce a la famosa tenista Jordan Baker.
Y, sobre todo, no podemos olvidarnos de que es vecino (en su pobre casucha) del millonario más famoso y misterioso de la ciudad: Jay Gatsby.
Y así es como empieza a complicarse su vida. Casi sin quererlo, Nick se ve envuelto en las infidelidades de Tom, la trsiteza de Daisy, los negocios de Gatsby... hasta llegar al momento en que su vida cambia sin remedio, cuando decide ayudar a Daisy y a Gatsby a recobrar el romance que habían mantenido en el pasado.
Y aquí es donde todo se lía de una manera irremediable y (en mi opinión, un error garrafal) Nick acaba metido en medio de todo por querer agradar a todas las partes implicadas. Pero ellos están ya tan perdidos que no hay salvación posible, y todo se precipita hacia el final... que, por supuesto, no os voy a contar.
Mentiría si dijera que la novela no me ha gustado, porque no es cierto, SÍ me ha gustado. Pero no sé, no está ni de lejos entre mis libros favoritos.
Scott Fitzgerald tiene un estilo muy particular para hablarnos del mundo que rodea toda esta historia. En sí mismo el argumento no es demasiado complicado, pero en medio de la acción hay una carga muy fuerte de simbolismos. Cada personalidad de un personaje, cada descripción de un lugar o de un momento... está cargado de una fuerte crítica (a veces casi grotesca), a pesar de que él mismo empieza la primera página diciendo en boca de su personaje haciendo apología contra los juicios sobre otro ser humano.
Así, nada es lo que parece, y todo tiene un sentido mucho más profundo de lo que podemos ver en la superficie. Un mundo con un esplendor que anuncia su irremediable decadencia.
Los personajes son, sin duda, los puntos fuertes de esta novela.
Por supuesto, el misterioso Jay Gatsby, con su personalidad enrevesada, pasado oculto e intenciones desconocidas que, poco a poco y a través de los ojos (a veces un poco aniñados) de Nick, se va abriendo ante nosotros.
Pero Daisy ha supuesto una gran sorpresa para mí. En principio no es más que una mujer rica y hastiada de su vida, viviendo en un matrimonio sin amor y con el único refugio de su hija y sus amigos (¿soy la única que pensó en Anna Karenina?). Y, la verdad, es que tampoco cambia mucho esta línea a lo largo de la historia. Pero hay algo en ella, por pequeñas gestos, por comentarios que hace, que hacen entrever una personalidad mucho más profunda. Como cuando, hablando con Nick, le confesó que esperaba que su hija fuera guapa y tonta, porque era lo mejor que una mujer podía ser en esos días. Sí, yo al principio también me indigné y lo achaqué a la mentalidad de la época, pero tras pensarlo mucho... ¿no parece más una mujer inteligente que sabe lo que se sufre siéndolo, en un mundo que solo le permite ser un mero florero y estar callada ante todo lo que la hace infeliz para guardar las apariencias? ¿No es más una madre que desea que su hija no tenga que pasar por lo mismo?
No sé, es lo que me vino a mí a la mente.
La verdad es que hacía mucho tiempo que no encontraba un libro que me hiciera dar tantas vueltas después de leerlo. Y eso que tiene más la extensión de folletín que de novela.
Quizá la razón por la que no lo he disfrutado tanto es que cometí un tremendo error: vi la(s) películas antes de leerlo. Y sí, pasó lo que tenía que pasar: no podía quitarme las escenas y los actores de la cabeza. No es fácil estar leyendo e imaginarte a un Nick/Spiderman o a un Gatsby/Titanic.
Aún así, no me arrepiento nada de haberlo leído; y seguramente lo haga otra vez después de un tiempo, a ver si le puedo sacar un poco más de meollo al asunto al hacerlo con más perspectiva.
Sea como sea, un libro más que recomendable.
"Así seguimos, golpeándonos, barcas contracorriente, devueltos sin cesar al pasado."
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