Autor: Isaac Marion
Editorial: Atria
Páginas: 239
Género: Juvenil-Distópico
Sinopsis:
R
es un joven en una crisis existencial – él es un zombie. Camina por una América
destruida por la guerra, el colapso social y la inconsciente hambre de sus
camaradas muertos, pero el ansía algo más que sangre y cerebros. Puede gruñir
solo algunas sílabas pero su vida interior es profunda, llena de asombro y
anhelo. No tiene memorias, identidad ni pulso. Solo sueños.
Después
de experimentar los sueños de un adolescente mientras consumía su cerebro, R
toma una decisión inesperada que comienza una tensa, incómoda y extrañamente
dulce relación con la novia de su víctima. Julie es una explosión brillante de
color en el triste y gris paisaje en el que vive R. Su decisión de protegerla
transformará no sólo a R, sino también a sus compañeros muertos y tal vez, todo
su mundo sin vida.
Reseña:
He de decir que aunque este libro fue publicado en 2011,
captó mi atención ahora porque este Febrero se ha estrenado en USA y como no me
gusta juzgar un libro por su película, ha estado acompañándome estos días. Para mí era algo nuevo el tema de apocalipsis zombie en
cuanto a literatura, por ello no tenía ninguna premisa sobre el libro. Voy a
dividir en dos partes mi opinión para exponerla más claramente:
En cuanto al argumento: es una historia de amor
chica-monstruo, por lo cual me esperaba (otro más para el montón) un refrito de
Crepúsculo, pero en este caso no, la historia de amor se ve desde el punto de
vista irónico e humorístico, lo cual se agradece.
El tema zombie no tiene demasiada relevancia, es decir, no
se puede esperar mucha violencia ni nada dramático por el estilo, además Marion
se toma bastantes licencias en lo que a un zombie se refiere (el protagonista
tiene mujer e incluso adoptan dos niños zombies)
Lo más interesante es que el protagonista es diferente a los
demás, y no sólo piensa sino que también reflexiona. Leyendo su diálogo
interior somos invitados a reflexionar sobre temas como: el futuro de la
humanidad, la esperanza, la importancia de la identidad, la búsqueda personal y
la importancia de los recuerdos o de algo tan banal como un nombre, por
ejemplo.
Los fallos que encuentro en el argumento es que, al
enamorarse, R (el zombie protagonista), empieza
a cambiar, a volverse más humano. Otros zombies pasan por lo mismo, intentando
demostrar el autor que el amor es una fuerza poderosa que lo puede todo bla
bla. También me parece demasiado fácil la parte de entrar en el estadio y de
convencer a los generales, casi sin esfuerzo.
En cuanto al desarrollo de la historia: lo más destacable es
que el principio es lento, realmente lento, y el final, el cual llevas
esperando más de ciento cincuenta páginas pasa en tres hojas, y no te da tiempo
ni de asimilarlo.
La primera parte, más lenta, se centra en detallar cómo es
la vida de los zombies en el aeropuerto abandonado, con toques irónicos (se
sientan a gruñirse, suben y bajan por las escaleras mecánicas, etc.) aunque a
veces el hilo se pierde un poco en el diálogo interior.
La segunda, carece a penas de detalles, se cuenta lo que
pasa sin más y está menos trabajada.
En resumen (y perdón si me he extendido, pero quería tocar todos
los puntos): la idea en esencia no era mala, pero, para mi opinión, el autor no
supo desarrollarla bien, se extendió en la primera parte, y las prisas por
acabar y (cosa que a menudo suele pasar cuando escribes una historia) la falta
de planteamiento del final, el “querer decir mucho y decirlo ya” lleva a un
ritmo demasiado rápido y abrupto, con omisión de detalles o descripciones
básicas, escenas truncadas, etc, que no es agradable al lector.
El libro, como ya os he contado, posee adaptación cinematográfica
de la que ya os hablaré más adelante.
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