¡Hola, marcadores!
Como ya os dije en la crónica del festival, tuve el placer de entrevistar a algunos de los autores y aquí está la primera entrega. Con todos vosotros...
Marcadoras de Páginas: Tus lectores son principalmente adolescentes. ¿Crees que los jóvenes no leen?
Como ya os dije en la crónica del festival, tuve el placer de entrevistar a algunos de los autores y aquí está la primera entrega. Con todos vosotros...
... ¡Blue Jeans!
Marcadoras de Páginas: Tus lectores son principalmente adolescentes. ¿Crees que los jóvenes no leen?
Blue Jeans: Yo creo que hay de todo. Los estudios que se
hacen dicen que los jóvenes españoles no leen mucho, pero luego vemos que
realmente leen lo que les interesa. Sale la tercera parte de Los Juegos del Hambre y la devoran, sale
las novelas de Laura Gallego y las leen. Lo que quizá les cuesta más son los
libros que les mandan en los institutos y les mandan a leer, ya sean actuales o
clásicos. Al final los chavales lo cogen como una obligación y no empiezan con
buen pie el tema de la lectura. Luego hay de todo: gente que lee muchísimo y
chavales que prefieren otro tipo de cosas. Pero parece que vamos progresando y
que poco a poco se está promocionando bien el mundo y fomentando desde
institutos, ciudades, ferias del libro… que lo están haciendo bien para que
ellos lean. Aunque creo que hace falta mucho más para que esto siga creciendo.
MdP: He visto en
mucho sitios que hay lectores tuyos que dicen que ellos no leían nada y que al
empezar a leer tus novelas se han aficionado. ¿Cómo te sientes?
BJ:¡Muy bien! Es verdad que sobre todo en las redes sociales y
en las firmas en que hay chicos y sobre todo chicas, no vamos a mentir y decir
que no hay una mayoría de público femenino, que han empezado a leer con Canciones para Paula o con El club de los incomprendidos y que
luego han seguido leyendo otro tipo de libros o han seguido con novela juvenil
y yo me siento muy contento. Todo lo que sea positivo y fomente la lectura es
bueno, aunque cuando tú escribes no lo haces pensando en eso, en convertir a
una niña que no ha leído nunca en una gran lectora con tu libro, pero si se
consigue pues genial.
MdP: Canciones para Paula fue tu primer libro
pero se publicó de una manera un poco extraña: empezó en internet y luego pasó
a papel. ¿Cómo fue el proceso? ¿Qué
sentiste cuando te dijeron que te lo iban a publicar y con una editorial
grande?
BJ: Canciones para Paula
empezó en un Fotolog porque venía de un rechazo y una decepción con una novela
de misterio que había escrito, y necesitaba saber si valía o no para escribir.
Las redes sociales por aquel entonces solo las usaban gente joven y necesitaba
algo que los atrapara. Tuve suerte, pero fue mucho trabajo. Hubo mucha gente
que me echó una mano, lectores que lo iban descubriendo y se lo iban contando a
otros chicos y chicas. Se formó un grupo muy bueno con muy buen rollo, creamos
un foro para hablar de los libros y de otras cosas… Y todo esto llegó a unos
números que yo jamás pensé, unos 10.000 seguidores entre Tuenti y el resto de
redes sociales y creí que era el momento de hablar con las editoriales. Fue
Everest la que se puso en contacto conmigo primero y la que me hizo un
seguimiento para ver si lo que decía era verdad y al final fue una gran
alegría. Primero sorpresa, porque no me lo esperaba, y hasta que no vi el libro encima de la mesa no me lo
creía, pensaba que en cualquier momento se iban a echar atrás. Era muy difícil
de asumir que tu libro, en el que has trabajado tanto, lo van a publicar. Ahora
parece muy sencillo, pero yo al principio era un desconocido, aunque me seguían
por internet ellos no sabían nada sobre mí, solo era un chico que escribía Canciones para Paula. Pero al final nos
reunimos, decidimos que tenía que acabar el libro (quedaban unos 15 capítulos
por escribir y tenía dos semanas) y que iba a salir adelante. También fue una
sorpresa que cuando salió los libros se agotaran en las Navidades de ese año.
Desde entonces no he parado y lo importante es que esto
sigue creciendo y con la misma buena sintonía del principio.
MdP: Has dicho que
tienes un apoyo muy fuerte de fans…
BJ: ¡Lectoras! Yo creo que fans tienen los músicos, los
futbolistas… No son fans mías, son lectoras que leen mis libros. Me gusta más
llamarlo así porque “fan” parece que es otra cosa, algo diferente. A ellas les
gustan los libros y son seguidoras de los libros. Evidentemente yo soy el que
los escribe, pero es importante que la importancia la sigan teniendo los
libros, no el propio autor. Por lo menos en mi caso yo lo veo así.
MdP: Pero sí que hay
un gran movimiento, una locura de firmas… ¿llega a resultar agobiante?
BJ: Agobia cuando ves que en ese momento se agobian ellas.
Cuando tienes una hora para firmar hasta que cierre la librería y no te da
tiempo, o cuando hay un padre que protesta porque lleva mucho tiempo esperando
allí. A mí me da igual, yo estoy tranquilo siempre que las cosas estén yendo
bien. No me importa estar siete, ocho, nueve o las horas que sean ; porque me
gusta, es mi trabajo y si hay una persona que hace unos kilómetros o lleva
esperando un tiempo lo mínimo que puedes hacer es estar sonriendo, hacerte una
foto y escribirle una dedicatoria en su libro. Con diez personas, cuando
empecé, lo hacía así y lo sigo haciendo con cien, doscientas o las que haya.
Las firmas deben ser una fiesta de las lectoras. Es su momento, es mi forma de
darles las gracias por haber leído y comprado el libro, por haber dedicado su
tiempo a todo esto.
No me agobia si las cosas van bien. Si las cosas no
funcionan ese día, el sitio es muy pequeño o hay una hora de cierre me pongo
muy tenso porque para mí ellas son lo más importante. Que ellas estén bien para
mí es lo fundamental porque les debo todo.
Para mí lo más sencillo sería poner un sello en cada libro,
que las chicas pasaran por detrás y se hicieran la foto y tardamos treinta
segundos por persona. Pero creo que no lo debo hacer así. Son 153 firmas en
cuatro años y siempre he seguido unos pasos. Solo hay que ver luego lo que
opinan las chicas en las redes sociales : que se lo han pasado muy bien, que ha
sido un día muy especial, es que están deseando que haya otra…
También comprendo a las librerías y comprendo a los padres.
Entiendo que a veces cuesta organizar todo eso porque son gente muy joven, a
veces impaciente, que te hacen preguntas y la cosa va más lenta de lo que
debería. Pero hay que intentar hacerlo lo mejor posible y que las firmas salgan
bien.
Mdp: El
reconocimiento viene por parte de los lectores, pero también te han dado el
Premio Cervantes Chico. ¿Cómo fue eso?
BJ: Pues fue una sorpresa también. Aunque me explicaron los
motivos, por fomentar la lectura, viendo la trayectoria de los anteriores
ganadores es un lujo estar con Elvira Lindo, Santiago García-Clairac, Laura
Gallego, Jordi Sierra i Fabra… es un honor. Para mí supone ahora también el presión
de tener que estar a la altura de un premio de ese prestigio, ya no solo a la
altura del lector, se crean unas expectativas. Pero sobre todo es un honor.
Además, me trataron fenomenal, fue muy bonito y uno de los más emocionantes de
todos los que llevo en esta historia.
MdP: En alguna
presentación has dicho que tú eres más un autor de brújula que de mapa. ¿Cómo
es tu proceso de escritura?
BJ: Mi proceso es muy desordenado. Quizá una de mis tareas
pendientes es aprender a escribir, a escribir un libro. Porque al hablar con
una editorial te proponen una fecha y tú dices que sí siempre, no vas a decirle
que no a la editorial, y te ves siempre con la capacidad de hacerlo aunque sean
pocos meses. Están apostando por ti, Planeta, por ejemplo, que lo hace por un autor
como yo; y en ese momento tienes mucha energía. Luego los días van pasando, te
sientas delante del ordenador y piensas “Bueno, hoy voy a contestar al Twitter
y cuando conteste a 150 personas o me salte el Tweet Limit me pondré con el
libro”. Abres el documento, les pones nombre y lo dejas. Pero eso pasa un día y
otro día y otro día… escribes una grase, dos… Me cuesta muchísimo arrancar.
Luego ya vas viendo que te queda poco tiempo y que como no te pongas de verdad
va a ser imposible, entonces poco a poco cada día escribes una página, luego
dos, te pones por la mañana y por la tarde. Vas enlazando días y páginas, y
cuando te das cuenta te quedan quince días y ciento cincuenta páginas por
escribir. Así que ya dices “¡no me da tiempo! ¡es imposible!”, pero terminas
haciéndolo porque no te queda otra, aunque tengas que ponerte veinticuatro
horas al día, y en día escribas diez capítulos o cincuenta y pico páginas en
tres días. Lo haces y además lo haces bien, porque cada párrafo tiene que estar
perfecto para ti, tienes que estar contento con cada párrafo y cada línea.
Tienes que ponerte en el lugar de los personajes en los diálogos, no puedes
hacerlo de cualquier manera aunque sea deprisa, porque le dedicas muchas horas
a eso. El último mes duermes cuatro o cinco horas, te levantas a las seis de la
mañana y no haces nada más que no sea escribir.
Yo soy de los que se deja llevar, me siento delante del
ordenador y voy improvisando. Tengo alguna idea de cómo quiero que sea la
historia, pero me cuesta trabajo lo de la libreta, ir apuntando cosas… De
momento me ha ido bien, pero sé que algún día me va a explotar la cabeza. Sé
que no es bueno el método y lo digo con sinceridad. No es bueno en el momento
en que tú no tienes control sobre lo que vas a hacer y dependes tanto de tu
estado anímico y de tu forma física. Porque, quieras que no, estar horas y
horas sentado físicamente es agotador. Yo termino los libros hecho polvo de la
espalda y de los ojos. Espero que el próximo lo pueda escribir con más tiempo y
empezar a hacerlo bien.
MdP: ¿Alguna manía en
especial para escribir?
BJ: Antes me ponía música que no fuera en español para que
lo que escribía no se me fuera con la letra, pero ahora ni siquiera eso. Me
pongo los auriculares y ni siquiera pongo música.
Tengo la manía de ir a escribir a cafeterías, sobre todo al
Sturbucks de Callao, ya tengo además una mesa allí y si está ocupada espero a
que se quede libre para sentarme allí.
Y también acabar los libros en hoteles. Aunque esta vez no ha
podido ser. Me encerré en el mismo hotel de siempre, pero no he tenido la
capacidad de acabarlo ese día. ¡Así que no me ha servido de nada!
Pero no soy muy maniático ni necesito hacer muchas cosas
para escribir. Sé que tengo que ponerme a hacerlo, es mi trabajo aparte de mi
pasión; sé que tengo una fecha, que hay mucha gente pendiente de lo que haga, y
cuantas menos manías y cosas raras mejor.
MdP: ¿Algún proyecto
para el futuro?
BJ: Ahora mismo el proyecto es viajar, firmar, viajar,
firmar, aeropuertos, trenes, autobuses… estoy recorriéndome media España y
ahora me voy a Latinoamérica esta semana. Estaré quince días allí, es una
locura; y al volver también tengo firmas por toda España.
Y cuando tenga tiempo me reuniré con Miriam y veremos qué
hacemos. Es verdad que tenía una novela adulta con Espasa pero la hemos
aparcado, creemos que es mejor seguir con lo juvenil y seguir escribiendo
novelas de este tipo. Así que lo próximo será juvenil, no sé si trilogía o no,
pero un poco en mi línea.
También está el tema de la película, que saldrá a principios
de año, seguramente.
Hay muchas cosas pero hay que tomárselas con calma, porque
acabo de terminar la trilogía y no da tiempo a reposar algo cuando estás
todavía metido con otra cosa.
MdP: Como sabíamos
que te gustaba escribir en el Starbucks te vamos a proponer un juego:
relacionar el nombre de una bebida del Starbucks con un libro.
BJ: ¿Un libro? ¡Qué juego más difícil!
MdP: ¿Un café mocca?
BJ: Esta es fácil: Perdona
si te llamo amor, de Federico Moccia.
MdP: ¿Un expresso?
BJ: Pues como lo leí muy rápido, en un día: La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón,
que además me encantó y el expresso también me gusta.
MdP: ¿Un frapuccino?
BJ: Uff, todo lo llevamos a lo italiano… a ver, para no
decir otro de Federico Moccia. Un frapuccino es un café helado, frío, también
dulce. Voy a decir La princesa de hielo.
MdP: ¿Un Caramel
Macchiato?
BJ: ¡Canciones para
Paula, que es café que toma ella cuando va al Starbucks!
MdP: ¿Y un
capuccino?
BJ: Un capuccino… La
piel del tambor, de Pérez Reverte. No hay mucha relación, pero es un libro
que me gustó mucho y el capuccino es uno de mis cafés preferidos.
MdP: Y, por último, ¿un té helado?
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