Como
clásico entre los clásicos y precursor de la mayoría de las historias de amor
que nos hacen desvivirnos entre las páginas de una historia de amor, supongo
que todos conocemos Orgullo y Prejuicio
y a su autora, Jane Austen.
Algún
día hablaremos largo y tendido sobre ella (y sobre el resto de sus obras
porque, con perdón de O&P, mi libro favorito de ella es Persuasión *-*), lo prometo, pero hoy
quería hablaros de una discípula en el género más desconocida: Elizabeth Gaskell.
Esta
señora fue una novelista y escritora de relatos inglesa durante la época
victoriana. Escribió siete novelas más otras tantas colecciones de novelas
breves y cuentos; además de las memorias de Charlotte Brönte.
Por
ahora yo solo he leído una de estas novelas, así que tendréis que perdonar que
me centre en esa de momento.
No
sé si habrá por aquí alguien más entendido que yo en literatura inglesa (que
seguro que lo hay sin tener que buscar mucho xD) y había oído hablar de esta
autora, pero yo he tenido que esperar a toparme por casualidad pura con la
miniserie que hizo la BBC para descubrir esta maravilla.
Damas
y caballeros, distinguidos marcadores, les presento
Norte y Sur.
Título: Norte y sur
Autora: Elizabeth Gaskell
Páginas: 400
Sinopsis: A través de la historia de Margaret Hale, una joven del sur de
Inglaterra que por circunstancias familiares se ve obligada a trasladarse al
norte, Elizabeth Gaskell plasma los conflictos sociales y políticos derivados
de la revolución industrial en la Inglaterra de mediados del siglo XIX. Para la
heroína, el sur donde ha nacido simboliza el idilio rural; frente a él, el
norte es sucio, rudo y violento. Sin embargo, a medida que va penetrando en ese
nuevo mundo y sus distintos estratos -desde Bessy, la joven obrera enferma y su
padre, líder sindical, hasta John Thornton, dueño de una fábrica textil, por
quien siente una creciente atracción, tendrá que ir corrigiendo sus prejuicios;
y del mismo modo, su condición de mujer subordinada evolucionará hacia una madura
aceptación de sí misma y de sus sentimientos.
Opinión personal:
Así, de buenas, la historia
podría parecer conocida. Y sí, algo de razón tienen los que dicen que el
argumento se parece al de Orgullo y Prejuicio, pero eso no impide que sea una
historia preciosa y que precisamente las cosas que no comparten marquen la
diferencia.
La mayor parte de la novela
está contada siguiendo los pasos de Margaret, desde su casa en Hampshire hasta que
llega a la ciudad de Milton, en el norte, donde el campo y la vida tranquila se
ve sustituida por el ruido y el ritmo frenético de una ciudad industrial que
vive casi por completo de los molinos de algodón. Precisamente uno de los
dueños de estas fábricas es John Thornton, uno de los alumnos que el padre de
Margaret toma bajo su cuidado, y que pasa más tiempo en su casa de lo que la
chica vería necesario. Sus modales y costumbres le son extrañas, y no acaba de
comprender cómo funciona aquella caótica ciudad. Además, cada cosa que hace el
señor Thornton ella parece interpretarla de la peor manera posible, y más aún
cuando la amistad que hace con un líder sindical y su hija enferma hace que la
postura de patrones y obreros se enfrenten en una brutal huelga. Así que,
mientras los sentimientos de él se hacen cada vez más profundos, ella es
incapaz de encontrarle ningún atractivo.
Si a todo esto le sumamos la
enfermedad de su madre y las complicaciones de tener a su único hermano en el
exilio (¡en Cadiz!) por un motín en el que se vio involucrado cuando estuvo en
la marina, tenemos el lio asegurado.
Del resto poco os voy a
contar, no quiero haceros spoilers, pero de verdad que merece la pena cada
página que se va pasando.
Ahora bien, ¿qué es lo más
interesante que tiene la novela? Sencillo: para mí, los personajes.
Si yo era de las que
defendían a Mr Darcy hasta la muerte, tengo que reconocer mi propia y
fulminante derrota ante los encantos de Mr Thonrton. Aunque, más bien, ante los
no encantos.
Al bueno de Fitzwilliam le
sacaban los colores por ser demasiado perfecto, por cambiar demasiado rápido de
carácter o porque su inmensa fortuna había hecho la mayor parte del trabajo
para ganarse a la chica (sí, yo ahí tengo que reconocer que me mosqueó un poco
que Lizzie se empezara a fijar de verdad
en Mr Darcy después de ver Pemberley; pero, sinceramente, no la culpo). Pues
bien, nada nada nada de esto se le puede achacar a John Thornton. Es un hombre
temperamental, a veces difícil de tratar y con ideas demasiado claras; su
carácter y sentimientos se mantienen inamovibles a lo largo de toda la novela
y, aunque no se puede quejar de dinero, su posición no es precisamente la de un
ventajoso caballero. Cosa precisamente que se encarga de recordar continuamente
Margaret, que se cree sustancialmente superior a él por ser industrial que ha
hecho su fortuna mediante el comercio, mientras que ella es toda una señorita
hija de un ex-clérigo arruinado.
Sí, lógica aplastante del
siglo XIX.
Así que no creo que os
extrañe que, habiendo encontrado a uno de los caballeros que más me han gustado
de la literatura, también haya encontrado a una de las protagonistas femeninas
más insufribles. Sí, le tengo manía a Margaret. Me parece sencillamente…
estúpida. Vale, sí. La mayor parte de la culpa de sus prejuicios y pensamientos
la tiene su educación. ¡Pero, muchacha, reacciona! No solo es que se deje
llevar por juicios erróneos con el señor Thornton, es que parece que todo lo
que hace es para quedarse en su posición de niña de buena familia, pero hace de
damisela encantadora con unos aires de suficiencia que a mí me sacan de quicio.
Casi tanto como Fanny, la hermana de Thornton, criatura caprichosa donde las
haya.
Menos mal que hay representaciones del sexo
femenino que sí merecen la pena. La señora Thornton, la madre del caballero,
por ejemplo. Es una mujer estricta y severa, pero de carácter fuerte e ideas
claras. Es una mujer que sabe lo que pasa en el mundo, lo que cuesta llegar a
cada escalón de la vida y que quiere a su hijo por encima de todas las cosas. Tanto,
que está dispuesta a aceptar a Margaret dentro de su familia si su hijo así lo
quiere, aunque no la soporta.
Otra cosa que hace bien Elizabeth Gaskell en esta novela es reflejar las distintas clases sociales y sus diferentes formas de vidas de su época, sobre todo en una ciudad donde se ven tan marcadas. No sé si lo habrán traducido al español, pero en mi versión en inglés yo me he tenido que tragar párrafos enteros donde los obreros de Milton hablaban comiéndose la mitad de las letras. No sé ni cómo me pude enterar de algo.
Revisando la biografía de la autora, se puede ver como esta historia tiene mucho de autobiográfica,
De verdad, si os gusta la literatura inglesa y las historias de amor clásicas (interesantes y bonitas, pero que no son todo corazoncitos alrededor) tenéis que leer esta.
Valoración:
¡Oh,
pero todavía no he hablado de la miniserie!
Es una auténtica maravilla. Las localizaciones son perfectas, actores increíbles y (con perdón de la autora) mejoran la historia. Al menos las escenas más épicas, las que se te quedan en la memoria porque tienes los ojos así *-* prácticamente no salen en el libro, pero la serie no sería lo mismo sin ellas.
Es una auténtica maravilla. Las localizaciones son perfectas, actores increíbles y (con perdón de la autora) mejoran la historia. Al menos las escenas más épicas, las que se te quedan en la memoria porque tienes los ojos así *-* prácticamente no salen en el libro, pero la serie no sería lo mismo sin ellas.
Si
queréis ver al enano Thorin (Richard Armitage) robaros el corazón, estos cuatro
capítulos tienen que ser vuestros (¡todos disponibles y subtitulados en youtube!):
Nos
leemos ^^
Ana
1 pensamientos:
En la versión en español Higgins y compañía hablan normal, no han mantenido el dialecto salvo por algunas palabras como rompehuelgas y cosas así.
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