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jueves, 9 de enero de 2014

Clásicos desconocidos: Reseña Norte y Sur, de Elizabeth Gaskell

Como clásico entre los clásicos y precursor de la mayoría de las historias de amor que nos hacen desvivirnos entre las páginas de una historia de amor, supongo que todos conocemos Orgullo y Prejuicio y a su autora, Jane Austen.
Algún día hablaremos largo y tendido sobre ella (y sobre el resto de sus obras porque, con perdón de O&P, mi libro favorito de ella es Persuasión *-*), lo prometo, pero hoy quería hablaros de una discípula en el género más desconocida: Elizabeth Gaskell.
Esta señora fue una novelista y escritora de relatos inglesa durante la época victoriana. Escribió siete novelas más otras tantas colecciones de novelas breves y cuentos; además de las memorias de Charlotte Brönte.

Por ahora yo solo he leído una de estas novelas, así que tendréis que perdonar que me centre en esa de momento.

No sé si habrá por aquí alguien más entendido que yo en literatura inglesa (que seguro que lo hay sin tener que buscar mucho xD) y había oído hablar de esta autora, pero yo he tenido que esperar a toparme por casualidad pura con la miniserie que hizo la BBC para descubrir esta maravilla.

Damas y caballeros, distinguidos marcadores, les presento Norte y Sur.

Título: Norte y sur
Autora: Elizabeth Gaskell
Páginas: 400
Sinopsis: A través de la historia de Margaret Hale, una joven del sur de Inglaterra que por circunstancias familiares se ve obligada a trasladarse al norte, Elizabeth Gaskell plasma los conflictos sociales y políticos derivados de la revolución industrial en la Inglaterra de mediados del siglo XIX. Para la heroína, el sur donde ha nacido simboliza el idilio rural; frente a él, el norte es sucio, rudo y violento. Sin embargo, a medida que va penetrando en ese nuevo mundo y sus distintos estratos -desde Bessy, la joven obrera enferma y su padre, líder sindical, hasta John Thornton, dueño de una fábrica textil, por quien siente una creciente atracción, tendrá que ir corrigiendo sus prejuicios; y del mismo modo, su condición de mujer subordinada evolucionará hacia una madura aceptación de sí misma y de sus sentimientos.

Opinión personal:

Así, de buenas, la historia podría parecer conocida. Y sí, algo de razón tienen los que dicen que el argumento se parece al de Orgullo y Prejuicio, pero eso no impide que sea una historia preciosa y que precisamente las cosas que no comparten marquen la diferencia.

La mayor parte de la novela está contada siguiendo los pasos de Margaret, desde su casa en Hampshire hasta que llega a la ciudad de Milton, en el norte, donde el campo y la vida tranquila se ve sustituida por el ruido y el ritmo frenético de una ciudad industrial que vive casi por completo de los molinos de algodón. Precisamente uno de los dueños de estas fábricas es John Thornton, uno de los alumnos que el padre de Margaret toma bajo su cuidado, y que pasa más tiempo en su casa de lo que la chica vería necesario. Sus modales y costumbres le son extrañas, y no acaba de comprender cómo funciona aquella caótica ciudad. Además, cada cosa que hace el señor Thornton ella parece interpretarla de la peor manera posible, y más aún cuando la amistad que hace con un líder sindical y su hija enferma hace que la postura de patrones y obreros se enfrenten en una brutal huelga. Así que, mientras los sentimientos de él se hacen cada vez más profundos, ella es incapaz de encontrarle ningún atractivo.
Si a todo esto le sumamos la enfermedad de su madre y las complicaciones de tener a su único hermano en el exilio (¡en Cadiz!) por un motín en el que se vio involucrado cuando estuvo en la marina, tenemos el lio asegurado.

Del resto poco os voy a contar, no quiero haceros spoilers, pero de verdad que merece la pena cada página que se va pasando.
Ahora bien, ¿qué es lo más interesante que tiene la novela? Sencillo: para mí, los personajes.

Si yo era de las que defendían a Mr Darcy hasta la muerte, tengo que reconocer mi propia y fulminante derrota ante los encantos de Mr Thonrton. Aunque, más bien, ante los no encantos.
Al bueno de Fitzwilliam le sacaban los colores por ser demasiado perfecto, por cambiar demasiado rápido de carácter o porque su inmensa fortuna había hecho la mayor parte del trabajo para ganarse a la chica (sí, yo ahí tengo que reconocer que me mosqueó un poco que Lizzie se empezara a fijar de verdad en Mr Darcy después de ver Pemberley; pero, sinceramente, no la culpo). Pues bien, nada nada nada de esto se le puede achacar a John Thornton. Es un hombre temperamental, a veces difícil de tratar y con ideas demasiado claras; su carácter y sentimientos se mantienen inamovibles a lo largo de toda la novela y, aunque no se puede quejar de dinero, su posición no es precisamente la de un ventajoso caballero. Cosa precisamente que se encarga de recordar continuamente Margaret, que se cree sustancialmente superior a él por ser industrial que ha hecho su fortuna mediante el comercio, mientras que ella es toda una señorita hija de un ex-clérigo arruinado.
Sí, lógica aplastante del siglo XIX.

Así que no creo que os extrañe que, habiendo encontrado a uno de los caballeros que más me han gustado de la literatura, también haya encontrado a una de las protagonistas femeninas más insufribles. Sí, le tengo manía a Margaret. Me parece sencillamente… estúpida. Vale, sí. La mayor parte de la culpa de sus prejuicios y pensamientos la tiene su educación. ¡Pero, muchacha, reacciona! No solo es que se deje llevar por juicios erróneos con el señor Thornton, es que parece que todo lo que hace es para quedarse en su posición de niña de buena familia, pero hace de damisela encantadora con unos aires de suficiencia que a mí me sacan de quicio. Casi tanto como Fanny, la hermana de Thornton, criatura caprichosa donde las haya.

Menos mal que hay representaciones del sexo femenino que sí merecen la pena. La señora Thornton, la madre del caballero, por ejemplo. Es una mujer estricta y severa, pero de carácter fuerte e ideas claras. Es una mujer que sabe lo que pasa en el mundo, lo que cuesta llegar a cada escalón de la vida y que quiere a su hijo por encima de todas las cosas. Tanto, que está dispuesta a aceptar a Margaret dentro de su familia si su hijo así lo quiere, aunque no la soporta.


Otra cosa que hace bien Elizabeth Gaskell en esta novela es reflejar las distintas clases sociales y sus diferentes formas de vidas de su época, sobre todo en una ciudad donde se ven tan marcadas. No sé si lo habrán traducido al español, pero en mi versión en inglés yo me he tenido que tragar párrafos enteros donde los obreros de Milton hablaban comiéndose la mitad de las letras. No sé ni cómo me pude enterar de algo.

Revisando la biografía de la autora, se puede ver como esta historia tiene mucho de autobiográficalo que para mí le da un valor añadido.


De verdad, si os gusta la literatura inglesa y las historias de amor clásicas (interesantes y bonitas, pero que no son todo corazoncitos alrededor) tenéis que leer esta.


Valoración:




¡Oh, pero todavía no he hablado de la miniserie! 




Es una auténtica maravilla. Las localizaciones son perfectas, actores increíbles y (con perdón de la autora) mejoran la historia. Al menos las escenas más épicas, las que se te quedan en la memoria porque tienes los ojos así *-* prácticamente no salen en el libro, pero la serie no sería lo mismo sin ellas.
Si queréis ver al enano Thorin (Richard Armitage) robaros el corazón, estos cuatro capítulos tienen que ser vuestros (¡todos disponibles y subtitulados en youtube!):



Nos leemos ^^
Ana

1 pensamientos:

Sara dijo...

En la versión en español Higgins y compañía hablan normal, no han mantenido el dialecto salvo por algunas palabras como rompehuelgas y cosas así.

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